Justicia incluye a la Región de Murcia en el mapa que sobre las víctimas de la dictadura ha elaborado con datos aportados por los gobiernos de las comunidades y de asociaciones de memoria histórica
VICTORIA GALINDO El ministerio de Justicia ha elaborado un mapa con las fosas del franquismo que se han localizado en todo el país en la última década, un total de 2.052, de las cuales sólo se han abierto 231, lo que ha permitido rescatar 5.277 cuerpos. Y Murcia está presente en dicho mapa con un total de seis fosas, cuya localización exacta no se ha facilitado y la mayoría de las cuales ya han sido exhumadas y sus restos trasladados a panteones o nichos familiares o, a lo que las asociaciones de memoria histórica denominan, ´fosa común dignificada´.
Pese a que el Ministerio no ha facilitado los datos de ubicación de las fosas, se sabe que la mayoría se localizan en el cementerio de Espinardo, hasta un total de cinco. Así lo señalan desde las asociaciones de Memoria Histórica de Cartagena y la ya disuelta Asociación de Amigos de los Caídos por la Libertad, cuyo presidente (ya ex presidente), Florencio Dimas, recuerda que en estas cinco fosas fueron enterrados los cuerpos de los fusilados en Murcia desde el final de la Guerra Civil hasta 1945, cuya cifra exacta se desconoce. Y es que, como señala Dimas, «pese a que el fin de la guerra se estableció oficialmente el 1 de abril de 1939, el 29 de marzo la ciudad de Murcia ya estaba tomada por los falangistas liberados de la cárcel que, recogiendo las armas de sus vigilantes, detuvieron y fusilaron a cuantos les vino en gana sin control alguno. Y no existe constancia de los nombres de los asesinados y se desconoce el paradero de sus restos».
A partir del 1 de abril, con la entrada de la IV División de Navarra, se procedió a la detención, juicio y fusilamiento por sentencia de consejo de guerra de hasta 800 republicanos, ejecuciones que se prolongaron, según Dimas, hasta 1945. Esas víctimas son las que fueron enterradas en las cinco fosas comunes de Espinardo, «en cuyo cementerio, sin embargo, no consta inscripción alguna de los fusilados antes del 1 de abril», añade Florencio.
De estas cinco fosas comunes fueron retirados muchos de los cuerpos por sus familiares para ser enterrados en otros lugares. El resto, se quedó en el mismo lugar.
Hubo que esperar más de 30 años, hasta 1979, para poder abrir las fosas y exhumar 377 restos, que fueron trasladados a un nuevo panteón levantado en honor a los ´Caídos por la Libertad´ en el mismo cementerio por un grupo de familiares «y sin la colaboración inicial de ningún partido ni sindicato, más bien venciendo su indiferencia cuando no su resistencia», se lamenta el que fuera presidente de la Asociación de Amigos de Caídos por la Libertad. Los restos de los demás fusilados fueron enterrados en nichos o panteones familiares de éste y otros cementerios. Desde entonces, cada 14 de abril, aniversario de la República, familiares y asociaciones de víctimas celebran ante dicho panteón una jornada para el recuerdo y en memoria de todas las víctimas del franquismo de la Región y de España.
No es la única tumba que recuerda a víctimas del franquismo. En otro punto del cementerio de Espinardo se alza un panteón con restos de miembros de las Brigadas Internacionales, con sus nombres al pie de lo que se conoce como ´fosa común dignificada´. Son 120 nombres, la inmensa mayoría extranjeros, aunque entre ellos también se encuentra algún español del Ejército Popular.
Por último, en otra tumba más discreta, una pequeña placa recuerda a los caídos en las Brigadas Polacas.
Otro de los puntos ´calientes´ de la represión franquista fue Cartagena. Allí se registraron 157 fusilamientos, la mayor parte de ellos de la Marina Republicana. Parte de estos restos, hasta 51, fueron trasladados a una fosa común que aún existe hoy día bajo una placa en la que puede leerse ´Marina de Guerra. Caídos en la Guerra Civil 1939-1945´. Precisamente, la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Cartagena tiene previsto rehabilitar la tumba y colocar una nueva placa con el lema ´Caídos por la Libertad. Fusilados en la Guerra Civil 1939-1945´, según anunció su presidente, Enrique Nicolás. Será a finales de este mes, tras solicitar y obtener el permiso necesario del ayuntamiento de Cartagena.
Ellos tuvieron mejor suerte ya que, en otro cementerio cartagenero, el de San Antón, se hallaron restos de miembros de las Brigadas Internacionales en un osario común. De ellos sólo se sabe que fueron fusilados, pero no se conocen sus nombres y, además, la mayoría fueron trasladados al Valle de los Caídos después de 1945, según Nicolás, por lo que no queda constancia alguna de su presencia en el cementerio cartagenero.
Anónima también es la placa que preside un nicho común en el cementerio de Los Remedios en la denominada ´zona x´. En la placa puede leerse ´Restos de los fallecidos a consecuencia de la última guerra. Años 1939-1945´. Si fueron fusilados o no, si eran españoles o extranjeros no se sabe y esa es otra infamia del franquismo y de otras tantas dictaduras: ´enterrar´ las identidades de sus víctimas, además de sus cuerpos, para hundirlas en el olvido.
Víctimas en Lorca y Caravaca
Los fusilamientos también llegaron a otros municipios como Lorca, donde, según Florencio Dimas, murieron 45 republicanos entre 1939 y 1945, «siendo enterrados varios de ellos en fosa común en lugar desconocido». En Caravaca también hubo ejecuciones, como en municipios más pequeños, pero se desconoce su número y la mayoría de los cuerpos se enterraron en nichos o panteones familiares.
Y no hay que olvidar tampoco a otros muchos republicanos que fueron asesinados, no ante el pelotón de ejecución sino en cárceles, hospitales o en campos y parajes aislados de los pueblos, lejos de miradas indiscretas, cuyos cuerpos nunca fueron localizados. Así, hasta casi mil personas, que es la cifra de murcianos que, según las asociaciones, murieron víctimas de la represión franquista.
Va por ellos.
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