PABLO ALBALADEJO MURCIA/ La Verdad
Cuatro jóvenes conversan en la Plaza de Santa Eulalia de Murcia. Aparentemente son un grupo de amigos pasando la tarde, pero el alzacuellos que luce uno de ellos los delata. Se llaman David, Pawel, Eduardo y Pedro y son seminaristas, parte de los 44 que se forman en estos momentos en los dos centros de formación de la Diócesis de Cartagena. Murcia mantiene unas tasas de futuros sacerdotes por habitante superiores a la media española, a las que la crisis de fe no parece afectar, y ayer precisamente celebraron el Día del Seminario.
España cuenta actualmente con un seminarista por cada 37.000 habitantes. Murcia supera esta media, con uno por cada 31.000, aunque hay provincias con mucha mayor abundancia de vocaciones, sobre todo las menos pobladas, como Cuenca (uno por cada 15.000 personas) o Toledo (uno por cada 9.800). Además, la buena salud de la cantera de la Iglesia Católica en la Diócesis de Cartagena está muy relacionada con la fundación de un nuevo seminario, hace ahora tres años, por parte del Movimiento Neocatecumenal, más conocidos como kikos. Esta red de centros, llamada Redemptoris Mater, cuenta con 70 seminarios en todo el mundo, y uno en Murcia,con 14 seminaristas.
Diego Martínez, rector del seminario neocatecumenal, asegura que últimamente se aprecia el aumento de vocaciones, «que acompaña al crecimiento de nuestras comunidades en la Región». Este detalle no es desdeñable, pues los kikos han ganado progresivamente poder en la Diócesis de Cartagena, y el traslado del hasta ahora obispo de Cartagena, Juan Antonio Reig Pla, es sólo una prueba más de ello. Además, este seminario se nutre también de jóvenes procedentes del extranjero, «pues tiene un espíritu eminentemente misionero», señala Martínez. De hecho, actualmente se forman alumnos de seis nacionalidades.
El otro centro, con mucha más solera, es el de San Fulgencio, con 30 jóvenes, que cuenta también con un seminario menor, con 25 estudiantes que en el futuro pueden entrar al mayor. Javier Crespo, rector del Seminario de San Fulgencio, asegura que el número de seminaristas se ha mantenido estable en los últimos años. «Siempre podríamos tener más, pero no nos quejamos, hay diócesis que están peor que nosotros», explica.
Ambos seminarios licencian cada año entre seis y ocho sacerdotes, el año pasado fueron siete. «Aunque la media de edad es muy alta en las parroquias, con este número se pueden atender todas los templos de la Diócesis», considera Crespo.
Seis años de estudio y...
El camino hacia el sacerdocio supone al menos seis años de estudios. Al menos porque antes de entrar al seminario algunos alumnos tienen que enfrentarse a cursos de preparación, y porque además otros seminarios exigen dos años más de misiones.
Por lo que respecta a la formación básica, los jóvenes afrontan dos años de Filosofía y cuatro de Teología. En principio, tras estas enseñanzas ya pueden ejercer el sacerdocio. Sin embargo, si estudian en el Redemptoris Mater deberán marchar al extranjero antes de tener su parroquia. Este es el caso de los cuatro jóvenes con los que se inicia el reportaje. Pawel Knysz, por ejemplo, fue trasladado a Murcia desde su Polonia natal en el ecuador de su formación, «porque somos misioneros desde el principio», apunta. También se aplica a Eduardo Delgadillo, de origen boliviano.
España cuenta actualmente con un seminarista por cada 37.000 habitantes. Murcia supera esta media, con uno por cada 31.000, aunque hay provincias con mucha mayor abundancia de vocaciones, sobre todo las menos pobladas, como Cuenca (uno por cada 15.000 personas) o Toledo (uno por cada 9.800). Además, la buena salud de la cantera de la Iglesia Católica en la Diócesis de Cartagena está muy relacionada con la fundación de un nuevo seminario, hace ahora tres años, por parte del Movimiento Neocatecumenal, más conocidos como kikos. Esta red de centros, llamada Redemptoris Mater, cuenta con 70 seminarios en todo el mundo, y uno en Murcia,con 14 seminaristas.
Diego Martínez, rector del seminario neocatecumenal, asegura que últimamente se aprecia el aumento de vocaciones, «que acompaña al crecimiento de nuestras comunidades en la Región». Este detalle no es desdeñable, pues los kikos han ganado progresivamente poder en la Diócesis de Cartagena, y el traslado del hasta ahora obispo de Cartagena, Juan Antonio Reig Pla, es sólo una prueba más de ello. Además, este seminario se nutre también de jóvenes procedentes del extranjero, «pues tiene un espíritu eminentemente misionero», señala Martínez. De hecho, actualmente se forman alumnos de seis nacionalidades.
El otro centro, con mucha más solera, es el de San Fulgencio, con 30 jóvenes, que cuenta también con un seminario menor, con 25 estudiantes que en el futuro pueden entrar al mayor. Javier Crespo, rector del Seminario de San Fulgencio, asegura que el número de seminaristas se ha mantenido estable en los últimos años. «Siempre podríamos tener más, pero no nos quejamos, hay diócesis que están peor que nosotros», explica.
Ambos seminarios licencian cada año entre seis y ocho sacerdotes, el año pasado fueron siete. «Aunque la media de edad es muy alta en las parroquias, con este número se pueden atender todas los templos de la Diócesis», considera Crespo.
Seis años de estudio y...
El camino hacia el sacerdocio supone al menos seis años de estudios. Al menos porque antes de entrar al seminario algunos alumnos tienen que enfrentarse a cursos de preparación, y porque además otros seminarios exigen dos años más de misiones.
Por lo que respecta a la formación básica, los jóvenes afrontan dos años de Filosofía y cuatro de Teología. En principio, tras estas enseñanzas ya pueden ejercer el sacerdocio. Sin embargo, si estudian en el Redemptoris Mater deberán marchar al extranjero antes de tener su parroquia. Este es el caso de los cuatro jóvenes con los que se inicia el reportaje. Pawel Knysz, por ejemplo, fue trasladado a Murcia desde su Polonia natal en el ecuador de su formación, «porque somos misioneros desde el principio», apunta. También se aplica a Eduardo Delgadillo, de origen boliviano.
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