Un total de 1.819 familias de la Región se llevaron en 2009 la desagradable sorpresa de ver su domicilio saqueado por los delincuentes
22.09.10 - 00:47 - RICARDO FERNÁNDEZ MURCIA. / La Verdad
«Cuando despertó, el encapuchado todavía estaba allí». Este breve relato de una pesadilla, tomado prestado al literato Augusto Monterroso y levemente modificado para la ocasión, define a la perfección la terrible situación a la que decenas de familias murcianas se enfrentan cada año al ver invadido y violado el reducto más íntimo de su existencia y aquél en el que se sienten más indefensas: su hogar, la morada de sus seres queridos; el lugar que debería estar blindado, por encima de cualquier otro, contra la incursión de personas extrañas.
La Memoria Anual de la Fiscalía General del Estado, que permite realizar una exhaustiva radiografía sobre el estado de la criminalidad en el Estado español y, más concretamente, en Murcia, desvela que a lo largo del año pasado fueron 1.819 las diligencias penales abiertas por los juzgados de Murcia por asaltos a viviendas habitadas. Es, éste, uno de los delitos que más influye en la sensación de inseguridad ciudadana de la población, por cuanto implica que las víctimas se ven invadidas en su entorno más personal, y una infracción que está especialmente castigada en el Código Penal por el enorme riesgo que conlleva para la integridad física de los afectados.
Si ya resulta preocupante el dato de casi 2.000 familias murcianas que vieron reventadas sus viviendas, en no pocas ocasiones incluso cuando estaban durmiendo, no es menos destacable el hecho de que la cifra de estos delitos se haya disparado de forma muy significativa: un 58% más que en el año 2008, cuando se registraron 1.150 robos en casas habitadas, y un 143% de incremento sobre 2007, cuando fueron 747 los domicilios reventados por los delincuentes.
Un asalto con muerte
El miedo a despertarse en mitad de la noche con la certeza de que hay un extraño en casa es uno de los temores más ancestrales y más generalizados entre el ser humano. Y cuando esta situación se produce, se convierte también en una de las experiencias más traumáticas y desagradables para quienes las sufren.
Aunque, a juzgar por las cifras oficiales, estos hechos son relativamente habituales en la Región desde hace unos años (se registra cada día una media de cinco robos en casas habitadas), el caso más relevante de los últimos meses es el que se produjo en la madrugada del pasado domingo en la diputación cartagenera de Cuesta Blanca. Un industrial cárnico, Jerónimo Roca Ros, fue asesinado de un disparo en la cabeza por dos encapuchados que penetraron en su vivienda por una ventana.
El crimen ha causado una profunda conmoción en toda la Región, especialmente en la comarca del campo de Cartagena, pese a que el propio delegado del Gobierno, Rafael González Tovar, ha asegurado que las investigaciones de la Guardia Civil descartan que el móvil del asalto fuera el robo y apunta en la línea de un posible ajuste de cuentas.
Bajan los otros delitos
El espectacular incremento del número de robos con fuerza en casas habitadas no se corresponde, sin embargo, con la evolución global de los delitos en la Región, que han experimentado un ligero descenso. Así, y siempre según la Memoria de la Fiscalía, el año pasado se abrieron 147.387 diligencias penales, lo que supone una bajada del 1% respecto del 2008, cuando se iniciaron 148.905 actuaciones judiciales.
Especialmente significativo es el descenso de los comúnmente denominados 'delitos de sangre', pues los homicidios (consumados, frustrados o en grado de tentativa) pasaron de los 97 del 2008 a 53 en el 2009, lo que supone un bajón del 45,36%. Las agresiones sexuales también descendieron un 9,4%, aunque las violaciones se duplicaron, al pasar de cuatro a ocho.
22.09.10 - 00:47 - RICARDO FERNÁNDEZ MURCIA. / La Verdad
«Cuando despertó, el encapuchado todavía estaba allí». Este breve relato de una pesadilla, tomado prestado al literato Augusto Monterroso y levemente modificado para la ocasión, define a la perfección la terrible situación a la que decenas de familias murcianas se enfrentan cada año al ver invadido y violado el reducto más íntimo de su existencia y aquél en el que se sienten más indefensas: su hogar, la morada de sus seres queridos; el lugar que debería estar blindado, por encima de cualquier otro, contra la incursión de personas extrañas.
La Memoria Anual de la Fiscalía General del Estado, que permite realizar una exhaustiva radiografía sobre el estado de la criminalidad en el Estado español y, más concretamente, en Murcia, desvela que a lo largo del año pasado fueron 1.819 las diligencias penales abiertas por los juzgados de Murcia por asaltos a viviendas habitadas. Es, éste, uno de los delitos que más influye en la sensación de inseguridad ciudadana de la población, por cuanto implica que las víctimas se ven invadidas en su entorno más personal, y una infracción que está especialmente castigada en el Código Penal por el enorme riesgo que conlleva para la integridad física de los afectados.
Si ya resulta preocupante el dato de casi 2.000 familias murcianas que vieron reventadas sus viviendas, en no pocas ocasiones incluso cuando estaban durmiendo, no es menos destacable el hecho de que la cifra de estos delitos se haya disparado de forma muy significativa: un 58% más que en el año 2008, cuando se registraron 1.150 robos en casas habitadas, y un 143% de incremento sobre 2007, cuando fueron 747 los domicilios reventados por los delincuentes.
Un asalto con muerte
El miedo a despertarse en mitad de la noche con la certeza de que hay un extraño en casa es uno de los temores más ancestrales y más generalizados entre el ser humano. Y cuando esta situación se produce, se convierte también en una de las experiencias más traumáticas y desagradables para quienes las sufren.
Aunque, a juzgar por las cifras oficiales, estos hechos son relativamente habituales en la Región desde hace unos años (se registra cada día una media de cinco robos en casas habitadas), el caso más relevante de los últimos meses es el que se produjo en la madrugada del pasado domingo en la diputación cartagenera de Cuesta Blanca. Un industrial cárnico, Jerónimo Roca Ros, fue asesinado de un disparo en la cabeza por dos encapuchados que penetraron en su vivienda por una ventana.
El crimen ha causado una profunda conmoción en toda la Región, especialmente en la comarca del campo de Cartagena, pese a que el propio delegado del Gobierno, Rafael González Tovar, ha asegurado que las investigaciones de la Guardia Civil descartan que el móvil del asalto fuera el robo y apunta en la línea de un posible ajuste de cuentas.
Bajan los otros delitos
El espectacular incremento del número de robos con fuerza en casas habitadas no se corresponde, sin embargo, con la evolución global de los delitos en la Región, que han experimentado un ligero descenso. Así, y siempre según la Memoria de la Fiscalía, el año pasado se abrieron 147.387 diligencias penales, lo que supone una bajada del 1% respecto del 2008, cuando se iniciaron 148.905 actuaciones judiciales.
Especialmente significativo es el descenso de los comúnmente denominados 'delitos de sangre', pues los homicidios (consumados, frustrados o en grado de tentativa) pasaron de los 97 del 2008 a 53 en el 2009, lo que supone un bajón del 45,36%. Las agresiones sexuales también descendieron un 9,4%, aunque las violaciones se duplicaron, al pasar de cuatro a ocho.
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