La Policía investiga si usaba un programa de intercambio de archivos para difundir sus propias imágenes pornográficas a través de Internet
26.03.10 - 01:09 -
J. R. DEL AMOR/R. FERNÁNDEZ MURCIA.
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J. R. DEL AMOR/R. FERNÁNDEZ MURCIA.
Nadie sabe hasta el momento cuántos han sido, pero sí ha trascendido que ya son, al menos, tres. Y es que otros dos menores de edad han denunciado haber sido víctimas de presuntos abusos sexuales por parte del entrenador de equipos infantiles y cadetes del Club Deportivo Alberca -entre otros clubes de la Región-, Alfonso L.Z., de 40 años y de profesión empleado de banca.
Fuentes próximas a la investigación han confirmado a 'La Verdad' que, en las últimas horas, los padres de dos chicos menores de edad se han personado en dependencias policiales para presentar denuncias contra el supuesto pederasta. Todo apunta a que, tras difundirse las noticias sobre el encarcelamiento de Alfonso L.Z. por su presunta implicación en delitos de abusos sexuales a menores y de tenencia de pornografía infantil, estos progenitores hablaron con sus hijos y éstos les confesaron haberse visto afectados también por algún tipo de abuso.
Con la presentación de estas dos denuncias se confirman las peores sospechas de los directivos del C.D. Alberca y de algunos padres, que temían que otros menores pudieran haber sido víctimas de hechos similares. También los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que llevan la investigación del asunto estaban trabajando intensamente desde hace días, con el fin de tratar de determinar si había más afectados.
Las fuentes mencionadas han señalado, además, que en el domicilio del sospechoso fueron intervenidos un ordenador portátil, unos 40 CD conteniendo pornografía infantil -una parte de las imágenes son de 'fabricación propia'- y ocho discos duros, que están siendo analizados por especialistas de la Policía.
Los investigadores consideran que Alfonso L.Z. es una persona con avanzados conocimientos en informática y ello, unido al hecho de que se le haya intervenido un programa de intercambio de ficheros, abre la sospecha de que el detenido hubiera podido estar intercambiando material pornográfico sobre menores vía internet: recibiendo fotografías y vídeos de abusos a menores, procedente de pedófilos de cualquier lugar del mundo, a cambio de material que el propio Alfonso L.Z. habría grabado.
Actuaba con gran prudencia
El 'modus operandi' del sospechoso consistía, según los indicios reunidos hasta el momento, en ganarse la confianza de jóvenes de entre 9 y 14 años a los que tenía acceso por su condición de entrenador de fútbol. Les invitaba al 'burguer', les hacía pequeños regalos... y poco después comenzaba a invitarlos a su dúplex de La Nueva Alberca, en el que disponía de ordenadores, televisiones y videojuegos con los que los chicos se divertían.
Los vecinos de esa urbanización, la mayor parte de los cuales apoya sin fisuras a Alfonso L.Z. y afirman que pondrían «la mano en el fuego por él», confirman sin embargo que la casa estaba siempre llena de adolescentes.
Por ese mismo proceso pasó el joven de 18 años que denunció haber sufrido abusos por parte de Alfonso L.Z.. En su declaración en Comisaría, el chico explicó que durante unos dos años, el supuesto pedófilo estuvo ganándose su confianza, antes de obligarle supuestamente a participar en actos sexuales.. La aparente generosidad con la que actuaba Alfonso L.Z. era tal que habría llegado a regalarle un ordenador a ese menor, así como un ciclomotor a un hermano de éste. Ahora, con las dos nuevas denuncias presentadas, se abre el interrogante sobre el número real de afectados.
Fuentes próximas a la investigación han confirmado a 'La Verdad' que, en las últimas horas, los padres de dos chicos menores de edad se han personado en dependencias policiales para presentar denuncias contra el supuesto pederasta. Todo apunta a que, tras difundirse las noticias sobre el encarcelamiento de Alfonso L.Z. por su presunta implicación en delitos de abusos sexuales a menores y de tenencia de pornografía infantil, estos progenitores hablaron con sus hijos y éstos les confesaron haberse visto afectados también por algún tipo de abuso.
Con la presentación de estas dos denuncias se confirman las peores sospechas de los directivos del C.D. Alberca y de algunos padres, que temían que otros menores pudieran haber sido víctimas de hechos similares. También los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que llevan la investigación del asunto estaban trabajando intensamente desde hace días, con el fin de tratar de determinar si había más afectados.
Las fuentes mencionadas han señalado, además, que en el domicilio del sospechoso fueron intervenidos un ordenador portátil, unos 40 CD conteniendo pornografía infantil -una parte de las imágenes son de 'fabricación propia'- y ocho discos duros, que están siendo analizados por especialistas de la Policía.
Los investigadores consideran que Alfonso L.Z. es una persona con avanzados conocimientos en informática y ello, unido al hecho de que se le haya intervenido un programa de intercambio de ficheros, abre la sospecha de que el detenido hubiera podido estar intercambiando material pornográfico sobre menores vía internet: recibiendo fotografías y vídeos de abusos a menores, procedente de pedófilos de cualquier lugar del mundo, a cambio de material que el propio Alfonso L.Z. habría grabado.
Actuaba con gran prudencia
El 'modus operandi' del sospechoso consistía, según los indicios reunidos hasta el momento, en ganarse la confianza de jóvenes de entre 9 y 14 años a los que tenía acceso por su condición de entrenador de fútbol. Les invitaba al 'burguer', les hacía pequeños regalos... y poco después comenzaba a invitarlos a su dúplex de La Nueva Alberca, en el que disponía de ordenadores, televisiones y videojuegos con los que los chicos se divertían.
Los vecinos de esa urbanización, la mayor parte de los cuales apoya sin fisuras a Alfonso L.Z. y afirman que pondrían «la mano en el fuego por él», confirman sin embargo que la casa estaba siempre llena de adolescentes.
Por ese mismo proceso pasó el joven de 18 años que denunció haber sufrido abusos por parte de Alfonso L.Z.. En su declaración en Comisaría, el chico explicó que durante unos dos años, el supuesto pedófilo estuvo ganándose su confianza, antes de obligarle supuestamente a participar en actos sexuales.. La aparente generosidad con la que actuaba Alfonso L.Z. era tal que habría llegado a regalarle un ordenador a ese menor, así como un ciclomotor a un hermano de éste. Ahora, con las dos nuevas denuncias presentadas, se abre el interrogante sobre el número real de afectados.
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