El promotor de Trampolín Hills admitió en su declaración que transfería dinero entre sociedades de su grupo inmobiliario
19.04.10 - 01:15 -
RICARDO FERNÁNDEZ MURCIA. / La Verdad
Antonio Martínez no sólo aseguró a la juez que no posee los 600.000 euros de la fianza que le reclama para ponerlo en libertad. En la declaración prestada el viernes en el Juzgado de Instrucción número 2 de Mula, y que finalizó ya en la madrugada del sábado con su traslado a prisión, el promotor de Trampolín Hills Gilf Resort ofreció llamativos datos sobre la que, afirma, es su situación actual.
Aunque resulte difícil de creer en alguien que ha manejado 53 millones de euros, más de 8.500 millones de pesetas, que es la cuantía total que alcanzó el dinero a cuenta entregado por los clientes de la promotora, sostiene que no posee un solo euro. «En la actualidad trabajo vendiendo cebollas y patatas», llegó a asegurarle a la juez, a la que explicó que ni siquiera está dado de alta como autónomo. «Ahora me van a contratar como trabajador de una empresa», añadió. Y cuando la magistrada le pidió más datos sobre ello, reconoció que quien le va a hacer un contrato es su propio hijastro, uno de los tres hijos que aportó su compañera sentimental y a los que, afirma, quiere tanto como a sus tres hijos biológicos.
De esa forma, «es como si fuera mi hija», se refirió a la también detenida Silvia R.M., su hijastra, de quien la juez y la Guardia Civil sospechan que es su 'testaferro'. Cuando la instructora de las diligencias le preguntó a Antonio Martínez por las razones por las cuales había acabado poniendo Silvia como accionista y administradora de Trampolín Hills, el detenido se limitó a encogerse de hombros: «Quería que ella fuera la empresaria», dijo. Y como la explicación no pareció convencer del todo a su Señoría, y volvió a insistirle por el asunto, Antonio Martínez añadió: «Es que yo debía 25.000 euros a la Seguridad Social y por eso puse a Silvia en los papeles. Ella nunca ha tenido capacidad de decisión en la empresa».
Por lo que se refiere al destino que ofreció al dinero entregado por los clientes, el promotor reconoció que varias sociedades del Grupo Trampolín se prestaban elevadas cantidades entre sí, unas o otras, cuando alguna de ellas necesitaba liquidez o tenía que afrontar algún pago importante. 'La Verdad' publicó este sábado que desde Trampolín Hills llegaron a traspasarse 7,5 millones de euros a Solera del Trampolín, otra de las sociedades del grupo inmobiliario de Antonio Martínez, que se completaba con las mercantiles Los Altos de San Antonio, Trampolín Barinas, Gasolinera Omega Oil y Trampolín Detroit Rent a Car. «Solera y Trampolín Hills se ayudaban mutuamente», reconoció el promotor ahora encarcelado. «Puedo justificar punto por punto dónde ha ido todo el dinero».
Además ofreció algunas explicaciones sobre el destino que habrían tenido los vehículos que conformaban la flota de la sociedad inmobiliaria y que ya no están en su poder: «Se han entregado para pagar deudas a la gente que compró viviendas en Campos del Río», y aseguró que «eso lo saben los administradores concursales de Trampolín Hills».
Antonio Martínez insistió en todo momento en que su única voluntad, siempre, fue hacer la urbanización de Campos del Río y le aseguró a la juez que, de haber salido el proyecto adelante, habría obtenido unos beneficios estimados en 90 millones de euros (15.000 millones de pesetas), «y eso sin contar el hotel ni los locales comerciales».
19.04.10 - 01:15 -
RICARDO FERNÁNDEZ MURCIA. / La Verdad
Antonio Martínez no sólo aseguró a la juez que no posee los 600.000 euros de la fianza que le reclama para ponerlo en libertad. En la declaración prestada el viernes en el Juzgado de Instrucción número 2 de Mula, y que finalizó ya en la madrugada del sábado con su traslado a prisión, el promotor de Trampolín Hills Gilf Resort ofreció llamativos datos sobre la que, afirma, es su situación actual.
Aunque resulte difícil de creer en alguien que ha manejado 53 millones de euros, más de 8.500 millones de pesetas, que es la cuantía total que alcanzó el dinero a cuenta entregado por los clientes de la promotora, sostiene que no posee un solo euro. «En la actualidad trabajo vendiendo cebollas y patatas», llegó a asegurarle a la juez, a la que explicó que ni siquiera está dado de alta como autónomo. «Ahora me van a contratar como trabajador de una empresa», añadió. Y cuando la magistrada le pidió más datos sobre ello, reconoció que quien le va a hacer un contrato es su propio hijastro, uno de los tres hijos que aportó su compañera sentimental y a los que, afirma, quiere tanto como a sus tres hijos biológicos.
De esa forma, «es como si fuera mi hija», se refirió a la también detenida Silvia R.M., su hijastra, de quien la juez y la Guardia Civil sospechan que es su 'testaferro'. Cuando la instructora de las diligencias le preguntó a Antonio Martínez por las razones por las cuales había acabado poniendo Silvia como accionista y administradora de Trampolín Hills, el detenido se limitó a encogerse de hombros: «Quería que ella fuera la empresaria», dijo. Y como la explicación no pareció convencer del todo a su Señoría, y volvió a insistirle por el asunto, Antonio Martínez añadió: «Es que yo debía 25.000 euros a la Seguridad Social y por eso puse a Silvia en los papeles. Ella nunca ha tenido capacidad de decisión en la empresa».
Por lo que se refiere al destino que ofreció al dinero entregado por los clientes, el promotor reconoció que varias sociedades del Grupo Trampolín se prestaban elevadas cantidades entre sí, unas o otras, cuando alguna de ellas necesitaba liquidez o tenía que afrontar algún pago importante. 'La Verdad' publicó este sábado que desde Trampolín Hills llegaron a traspasarse 7,5 millones de euros a Solera del Trampolín, otra de las sociedades del grupo inmobiliario de Antonio Martínez, que se completaba con las mercantiles Los Altos de San Antonio, Trampolín Barinas, Gasolinera Omega Oil y Trampolín Detroit Rent a Car. «Solera y Trampolín Hills se ayudaban mutuamente», reconoció el promotor ahora encarcelado. «Puedo justificar punto por punto dónde ha ido todo el dinero».
Además ofreció algunas explicaciones sobre el destino que habrían tenido los vehículos que conformaban la flota de la sociedad inmobiliaria y que ya no están en su poder: «Se han entregado para pagar deudas a la gente que compró viviendas en Campos del Río», y aseguró que «eso lo saben los administradores concursales de Trampolín Hills».
Antonio Martínez insistió en todo momento en que su única voluntad, siempre, fue hacer la urbanización de Campos del Río y le aseguró a la juez que, de haber salido el proyecto adelante, habría obtenido unos beneficios estimados en 90 millones de euros (15.000 millones de pesetas), «y eso sin contar el hotel ni los locales comerciales».
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