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Cáritas, la entidad de la Conferencia Episcopal dedicada a los más desfavorecidos, está desbordada en Murcia. A estas alturas de mes, ya se han quedado sin reservas de leche y legumbres para las 3.500 familias que acuden a diario a pedir comida a algunos de los 157 centros que hay en la Región.
Antonio Sánchez, secretario general de Cáritas explica que ha habido «un aumento desproporcionado» de gente que recurre a sus servicios: «En 2007 realizamos 140.000 intervenciones y el año pasado fueron más de 200.000», indica.
Los nuevos pobres
Las personas atendidas ahora en las sedes de Cáritas en Murcia tienen un perfil diferente al de hace un par de años. Si antes eran inmigrantes sin empleo o en riesgo de exclusión, ahora se atiende a un nuevo tipo de pobres.
En primer lugar, están los mayores con pensiones tan escasas que no les da para vivir hoy en día. Por otro lado, están las familias monoparentales con hijos, sobre todo, en las que la cabeza de familia es una mujer. Por último, también hay parejas jóvenes con uno de sus miembros en paro que, según Sánchez, «tienen que elegir entre pagar la hipoteca o comer».
En Jesús Abandonado, donde se dan tres turnos de comidas a diario, también ha cambiado el perfil. Ahora un 30% de sus usuarios son españoles. Daniel López, director del comedor, asegura que han notado un incremento de «población española, sobre todo, matrimonios de personas de mediana edad, que vienen a comer».
Cómo echar una mano
Cáritas ha hecho un llamamiento para que les echen una mano. Los que quieran colaborar pueden ponerse en contacto con la entidad en el 968 211 186 (para que ellos, con sus vehículos, recojan el material que se quiere donar, si es mucho) o acudir a cualquier oficina de Cáritas, situadas en la mayoría de las parroquias de la Región. La sede central está en la calle Isabel La Católica, 7 de la ciudad de Murcia.
También en Jesús Abandonado
Los llamados comedores sociales, donde dan de comer a los necesitados, dependen de Jesús Abandonado. Daniel López, director de la entidad, resume su situación: «Si antes dábamos 140 comidas o 140 cenas, ahora damos 200 de cada». Ahora tienen 52 residentes y van a poner un turno más de comidas (antes eran dos y luego repartían bocadillos) para que sean tres.
Corina Padilla «Me da un poco de miedo lo que veo»
Los voluntarios y voluntarias de Cáritas no dan abasto y en ocasiones se encuentran con gran cantidad de gente que se agolpa para pedir algo de comida. Corina Padilla es una de ellas: «Vengo aquí porque mi marido está sin trabajo. Tenemos dos hijos y llevamos ya cuatro meses sin poder pagar la hipoteca. Es la primera vez que vengo y la verdad es que me da un poco de miedo lo que veo. Aún no sé si podré llevarme algo».
Antonio Sánchez, secretario general de Cáritas explica que ha habido «un aumento desproporcionado» de gente que recurre a sus servicios: «En 2007 realizamos 140.000 intervenciones y el año pasado fueron más de 200.000», indica.
Los nuevos pobres
Las personas atendidas ahora en las sedes de Cáritas en Murcia tienen un perfil diferente al de hace un par de años. Si antes eran inmigrantes sin empleo o en riesgo de exclusión, ahora se atiende a un nuevo tipo de pobres.
En primer lugar, están los mayores con pensiones tan escasas que no les da para vivir hoy en día. Por otro lado, están las familias monoparentales con hijos, sobre todo, en las que la cabeza de familia es una mujer. Por último, también hay parejas jóvenes con uno de sus miembros en paro que, según Sánchez, «tienen que elegir entre pagar la hipoteca o comer».
En Jesús Abandonado, donde se dan tres turnos de comidas a diario, también ha cambiado el perfil. Ahora un 30% de sus usuarios son españoles. Daniel López, director del comedor, asegura que han notado un incremento de «población española, sobre todo, matrimonios de personas de mediana edad, que vienen a comer».
Cómo echar una mano
Cáritas ha hecho un llamamiento para que les echen una mano. Los que quieran colaborar pueden ponerse en contacto con la entidad en el 968 211 186 (para que ellos, con sus vehículos, recojan el material que se quiere donar, si es mucho) o acudir a cualquier oficina de Cáritas, situadas en la mayoría de las parroquias de la Región. La sede central está en la calle Isabel La Católica, 7 de la ciudad de Murcia.
También en Jesús Abandonado
Los llamados comedores sociales, donde dan de comer a los necesitados, dependen de Jesús Abandonado. Daniel López, director de la entidad, resume su situación: «Si antes dábamos 140 comidas o 140 cenas, ahora damos 200 de cada». Ahora tienen 52 residentes y van a poner un turno más de comidas (antes eran dos y luego repartían bocadillos) para que sean tres.
Corina Padilla «Me da un poco de miedo lo que veo»
Los voluntarios y voluntarias de Cáritas no dan abasto y en ocasiones se encuentran con gran cantidad de gente que se agolpa para pedir algo de comida. Corina Padilla es una de ellas: «Vengo aquí porque mi marido está sin trabajo. Tenemos dos hijos y llevamos ya cuatro meses sin poder pagar la hipoteca. Es la primera vez que vengo y la verdad es que me da un poco de miedo lo que veo. Aún no sé si podré llevarme algo».
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