miércoles, 7 de abril de 2010

Medio millón de personas llenaron las calles para ver el desfile con imágenes de los viejos oficios de la huerta

07.04.10 - 01:03 -
MARÍA DOLORES DE LA VIEJA mariadoloresdelav@msn.com MURCIA. / La Verdad
El sol salió para acompañar al Bando de la Huerta en su recorrido por la ciudad. El cielo que amaneció enfurruñado se despejó de nubes a la hora de salir el Bando, haciendo felices a miles de personas, tanto las que iban a desfilar, como las que aguardaban en la sillas para ver el cortejo más etnográfico de la Huerta. Unas 550.000 personas, según estimación de la Policía Local, acudieron ayer a ver el desfile.
Como siempre las motos Guzzi, encabezaron el Bando, para demostrar como se modernizaron los hortelanos para recorrer caminos y sendas. Ocho gigantones de cartón piedra fueron escoltados por los lecheros, ellos en sus bicis, tal y como repartían antiguamente la leche por las casas, y las mujeres con las cántaras de zinc.
Parejas de huertanos portando los banderines de las peñas dieron paso a cuatro plataformas costumbristas sobre la crianza de la seda. La carroza que iba en cabeza era conmemorativa del 150 aniversario del Bando de la Huerta, y es copia de una muy antigua. El grupo Santa Cecilia y Santiago de Totana demostró su arte bailando. Juan José Avilés, Perráneo del Año, desde su barraca, iba esperfollando bandos en panocho, de los premiados en el concurso de este año.
En otra plataforma se hizo una exhibición del hilado del cáñamo, y su picado, para fabricar esparteñas y otros manufacturados. Detrás el grupo Virgen del Rosario de Lorquí se iba marcando unas joticas.
Desde Abarán vino un 'arropiero', con su burro, en cuyas alforjas llevaba el dulce preparado de mosto y frutas. Unas huertanas lo fueron repartiendo con pan, a quien quiso probarlo.
La labor de trilla, con su burro y todo, se recreó sobre otra de las plataformas, y detrás iba la carroza del Gremio de Artesanos de la Región, con su Maestro Mayor repartiendo bandos panochos. Desde Alquerías vino un grupo de ciclistas representando los viejos oficios de la huerta. La lavandera llevaba su tabla de lavar, y los albañiles sus aperos. Hasta un carro de confitero, como aquellos de Barba que corrían por Murcia y pedanías salió con sus monas y cuernos. Las Amigas del Bolillo, hicieron una demostración de su arte, escoltadas por el grupo La Morenica de Puente Tocinos, que iban bailando a toda marcha. Tomás, 'el de la Breva', demostró como se hacía la labor de fragua, haciendo de maestro herrero, seguido por la carroza del Centro Social de la Tercera Edad, con sus reinas y damas. Otra de las plataformas demostró lo que era un ceñil, movido por los pies de un huertano, mientras Tornel hacía cordeta, y unas niñas partían aceituna.
No faltó una representación de Cartagena, ni la plataforma de las lavanderas en el río. También se jugó al Caliche, con un equipo femenino. Los chicos de Nuevo Horizonte, afectados por el síndrome de Down recibieron muchos aplausos.

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